Para muchas personas las zonas residenciales se han convertido en un bien muy preciado, el cual debe ser respetado tanto por los vecinos del mismo distrito como por el de los demás, sin dejar de mencionar a las diversas empresas, las cuales cuentan con una gran variedad de sucursales en diferentes distritos incluyendo el de Surco. Pero ¿que pasaría si de pronto la tranquilidad de la cual gozan los habitantes de dicho distrito se ve de pronto amenazada por el creciente desarrollo comercial y el incremento desordenado de la misma ciudad?
Me parece importante recalcar que debido a dicho hecho, la tranquilidad de importantes zonas residenciales ha sido inevitablemente sacrificada. Y es que la presencia de un local comercial no solo altera el paisaje de un distrito, sino también provoca problemas de tránsito generando ruidos muy molestos. Esto ha despertado inevitablemente una gran preocupación en los vecinos de Surco, quienes durante años no han hecho más que proteger la tranquilidad de la que gozan en su propio distrito.
Aunque dicha riña entre habitantes del distrito y empresarios del supermercado Vivanda empezó hace mas de dos años, aproximadamente en el mes de julio, por medio de un proyecto aprobado por la municipalidad en el cual se daba luz verde a la construcción de uno de los locales pertenecientes a dicha cadena. El documento no solo otorgaba el permiso de utilizar la instalación perteneciente a un único lote, sino también a otros dos más, las cuales colindaban con Velasco Astete.
Indudablemente dicha acción trajo consigo consecuencias, pues los vecinos no tardaron en manifestarse a través de marchas en las calles, utilizando pancartas y carteles hechos por ellos mismos, los cuales eran y son actualmente fáciles de divisar pegados en las ventanas de algunas casas. Y es que como ellos proclamaban, dicha cadena se supermercados estaba intentando invadir una zona residencial en la cual viven personas quienes como se mencionó anteriormente tienen como prioridad su tranquilidad y no hacen más que defender su derecho como habitantes, alegando que la instalación de un supermercado traería consigo un caos en una zona tranquila y silenciosa pues se trata, como ellos dicen, de una zona residencial más no comercial.
De este modo, por medio de manifestaciones, marchas y quejas y medidas tomadas por los mismos vecinos, como la recolección de firmas, las cuales fueron presentadas en la municipalidad de Lima en busca de una respuesta en contra del proyecto antes aprobado, fue finalmente rechazado alegando la serie de disturbios y caos que generaría la construcción del supermercado en dicha zona. Y es que por más poder que tengan algunas empresas inversionistas en nuestro país, no hay ningún derecho a atentar contra la tranquilidad de los habitantes ningún distrito, sobre todo de quienes han habitado ahí por muchos años y están acostumbrados a un estilo y a una calidad de vida que nadie debe perturbar.
Finalmente, considero que vale la pena destacar la reacción y la forma de actuar frente a dicho hecho por parte de los habitantes del distrito de Surco pues nos han brindado una lección la cual vale la pena aplaudir y tal vez en un futuro imitar, ya que nos han demostrado que todos debemos hacer valer nuestros derechos, empezando por el derecho a la libertad de expresión para poder defendernos así de los agravios y atentados que pretendan cometerse contra nosotros como personas y ciudadanos, pero sobretodo enfatizando que es por medio de la unión y la comunicación entre las personas que es más factible que logremos los objetivos que nos propongamos de una manera satisfactoria.
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